"Cuando el humor y la Verdad se hermanan, todo hay que leerlo entre líneas"
Joyas del pensamiento de salita en verano. Tomo 2. Pág 42.
Aquí hallaréis el arquetipo del hombre solitario, autodidacta y lleno de fuerza interior ( elevado como el vuelo del halcón ) en el centro de una historieta moral para camioneros o moteros de alma de acero. Sylvester Stallone, en consonancia con su nombre artístico, fue en sí mismo una marca cinematográfica y una reivindicación de la vida libre y salvaje. Era tan ingenuo que creía (¿?) que en la vida no te regalan nada, y ésta fue su entrañable fórmula para decirnos que el sudor y la sangre son necesarios; una galería de duelos protagonizados por hombres machorros y animalotos, cuyos combates se tornan metáfora del pulso que deberíamos echarle a la vida diariamente, fuera del mundo artificial sostenido por los milagros del sistema financiero, ese sistema que nos sedujo y nos convirtió a todos en una generación de hombres de mantequilla, aquí encarnada en un niñato repelente y sabelotodo que encontrará un padre que hará de él un verdadero hombre. Si no fuera por la cultura de los tontos y los ingenuos, la que ha sido tan ridiculizada por quienes se detienen en la apariencia externa del brillo muscular sin mirar hondo y comprender.