domingo, 16 de febrero de 2025

A time for us, no es éste


Principalmente, lo que Spielberg consiguió con su versión de West Side Story es sumarse a la moraleja que Coppola y Scorsese, cada uno a su manera, formularon sobre el tema de la violencia y las bandas juveniles en determinados contextos sociales. Tony, un chico entre dos mundos, es aquí un equivalente a lo que Ponyboy Curtis era en The Outsiders, el chico de la moto en Rumble Fish o Harvey Keitel en Malas Calles o Quién llama a mi puerta, poniendo aquí el énfasis en los conflictos raciales y la desestructuración social. En ese infierno callejero, Tony y María aparecen como dos ángeles cuyo mutuo amor se convierte en un sentir pasional  y una mirada inocente que solo a ellos les sirve como pasajera burbuja o barrera de protección frente al mundo exterior, un mundo que a pesar de todo termina destruyendo sus almas. 

Pero, además, que la versión de Spielberg es la definitiva, más actual y también atemporal, técnicamente magistral y con la mayor fuerza dramática posible. 

martes, 4 de febrero de 2025

El chico de la moto

 



En alguna fase de la vida podemos haber conocido a esa persona fascinante que amplía los horizontes de nuestra existencia, que se convierte en una especie de hermano mayor, maestro, modelo y referente hacia la autosuperación. Suele ser en la adolescencia, y cuando llegamos a la edad madura nos damos cuenta que, en cierto modo, nos hemos convertido en aquella persona que tanto admirábamos. Su presencia inmaterial e idílica - incluso estando ausente o lejano - invadía la calle, el colegio o instituto, el hogar, las charlas con los compañeros, y eso Coppola lo refleja muy bien en ese tratamiento onírico que utiliza. Son esa clase de personas, extrañas e incomprendidas, que nos traen un mensaje de liberación, que quieren romper la jaula o la pecera en la que vivimos presos y nos invitan a avanzar por el río de la vida hasta desembocar en el gran océano de la Eternidad, de la paz interior, del crecimiento en vida y sabiduría, y de un largo etcétera de posibilidades conforme a las aptitudes de cada cual.

Del barrio bajo, pero culto, lector y observador crítico de la realidad circundante, el chico de la moto en Rumble Fish no es sino otra imagen de lo que Ponyboy Curtis- Johnny Cade son en The Outsiders.  Entre uno y otro, Francis Ford Coppola construye una idea mesiánica que recorre buena parte de su filmografía. 

domingo, 2 de febrero de 2025

El crepúsculo de Indiana Jones

 



Con Indiana Jones y la última cruzada Spielberg firmó una redención para su icónico personaje, reconciliándolo con su padre y sanando, con el poder del santo grial, las heridas del pasado. Supimos entonces que esa sed de aventuras del arqueólogo tenía su origen en un trauma psicológico debido a un padre ausente, el mismo que libra a su hijo del terrible poder de atracción de las reliquias o objetos mistéricos cuando éste está siendo presa del hechizo que sobre él ejerce el santo grial. Era el año 1989, todo había terminado bien y nadie pensaría que una cuarta aventura fuese necesaria.

Pero tras una redención, siempre es bonito filmar un crepúsculo, una especie de epílogo. Y Spielberg encontró su historia apoyándose en el guionista David Koepp. Indiana tenía que "morir" de alguna manera, y una de esas maneras era llevándolo hacia el matrimonio ( al igual que en Hook Peter Pan "muere" por causa del matrimonio y la paternidad ). Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008) es esa aventura que le lleva hacia el matrimonio y hacia la paternidad, desde un punto de partida en el que "Indi", en su ancianidad y declive, se ha quedado practicamente solo en la vida, muerto su padre, perdidos o muertos los viejos amigos, acompañado por amistades infieles, sin apenas reconocimientos por sus gestas presentes o pasadas, sin una familia ni tampoco herederos.

 La celebración de la boda entre Indiana y Marion ponía un fin definitivo a la aventura entendida como una desesperada huida hacia delante de quien vive solo o desamparado. Pero lo más importante, y relacionado con ello, de toda la película es la sentencia final de John Hurt-Oxley, esa terrible frase que dice justo antes del beso matrimonial: cuánto tiempo perdido esperando. Aventuras, viajes, emociones, tesoros, antiguallas ocultas, misterios, triunfos y fracasos, todo fue en vano, una pérdida de tiempo, y únicamente la vida en matrimonio y ejerciendo la paternidad dignifica al ser humano.