domingo, 16 de febrero de 2025

A time for us, no es éste


Principalmente, lo que Spielberg consiguió con su versión de West Side Story es sumarse a la moraleja que Coppola y Scorsese, cada uno a su manera, formularon sobre el tema de la violencia y las bandas juveniles en determinados contextos sociales. Tony, un chico entre dos mundos, es aquí un equivalente a lo que Ponyboy Curtis era en The Outsiders, el chico de la moto en Rumble Fish o Harvey Keitel en Malas Calles o Quién llama a mi puerta, poniendo aquí el énfasis en los conflictos raciales y la desestructuración social. En ese infierno callejero, Tony y María aparecen como dos ángeles cuyo mutuo amor se convierte en un sentir pasional  y una mirada inocente que solo a ellos les sirve como pasajera burbuja o barrera de protección frente al mundo exterior, un mundo que a pesar de todo termina destruyendo sus almas. 

Pero, además, que la versión de Spielberg es la definitiva, más actual y también atemporal, técnicamente magistral y con la mayor fuerza dramática posible. 

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